Construcción de la milpa académica

Carlos Arturo Hernández Davila

¿En qué contexto desarrollas tu experiencia?

Los estudiantes que toman esta materia son de primer semestre, recién desembarcados en la Ibero desde sus respectivos bachilleratos o después de un año sabático o de experiencia de servicio social o voluntariado. Estos alumnos suelen enfrentarse a la materia sin demasiadas expectativas debido a su nombre. La materia se imparte en la licenciatura de comunicación aunque el profesor está adscrito al departamento de ciencias sociales y políticas. Así, la materia forma parte del bloque inaugural de la carrera por medio del cual los estudiantes se van familiarizando tanto con la institución, como con del modelo que la misma les ofrece, por lo que tanto las materias como quienes las imparten se convierten en una suerte de "puente" que ayuda a los estudiantes a ingresar al mundo universitario de manera paulatina. La materia generalmente está pensada para impartirse en el aula, y reconozco lo complejo que fue lograr que los coordinadores del departamento de CPS comprendieran que la materia se enriquecería con diversas salidas de campo. Sin embargo, una vez logrados buenos resultados, los coordinadores estimularon y facilitaron estos esfuerzos. Un elemento necesario de reconocer es que la Ibero no siempre es un espacio en donde la diversidad y la pluralidad son bienvenidas, por esto, las visitas o "inmersiones en el México profundo" fueron de gran utilidad para poner en operación un contexto pedagógico muy activo.

EL MODELO "MILPA ACADéMICA" ES UNA PROPUESTA EPISTEMOLóGICA COLECTIVA, HORIZONTAL, COLABORATIVA Y EN DONDE LOS ROLES SE ESTABLECEN EN FUNCIóN DE LA RESPONSABILIDAD COMPARTIDA DE APRENDER DE MANERA COLECTIVA

"Docente"

¿En qué consiste la experiencia docente que quieres compartir?

La experiencia docente, conocida como "milpa académica", tiene dos dimensiones: trabajo intenso (aunque en un ambiente libertario, lúdico incluso) en el aula, y una dimensión de inserción o inmersión en la realidad del entorno. Su presupuesto parte de un ejercicio de toma de postura, cuando no de conciencia, del lugar desde donde este entorno es construido. Mi curso iniciaba con un ejercicio de imaginación. Consultaba a los estudiantes sobre quién o quiénes de ellos conocía, más allá de las imágenes o los libros, una milpa. Dibujaba una en el pizarrón y explicaba, de la mejor manera posible, sus características. Más allá de la importancia netamente nutricia, me enfocaba en aquellos aspectos ceremoniales, rituales y comunitarios de la milpa: el trabajo familiar implicado en su conservación y desarrollo, las ceremonias del calendario que aseguran la fertilidad y fuerza de la tierra, así como las relaciones personales que se establecen entre los campesinos y el maíz, el frijol, haba, la calabaza, los quelites. Los compañeros estudiantes asistían a esta descripción con algo de inquietud al principio, pero el interés crecía en la medida en que presentaba datos sobre los efectos del abandono del campo en México por la violencia del narcotráfico, que obliga a sembrar amapola en lugar de verduras; o de la pobreza y la migración. Una vez que la exposición había logrado captar su atención colectiva, procedía a decirles que nosotros haríamos un trabajo similar al de los campesinos, con una distinción: la nuestra sería una "milpa académica" en donde sembraríamos saberes, los cuidaríamos para hacerlos crecer, los protegeríamos de las malas yerbas y, colectivamente, los cosecharíamos para aprovecharlos, para comerlos y compartirlos. El propósito era simple: más que impartir una cátedra, la misión que me había impuesto era construir horizontalmente la posibilidad de enseñarnos unos a otros. El tiempo implementado para cada sesión podía durar hasta un par de horas en cada fin de semana, para lograr tener listos los materiales para complementar las sesiones. La "milpa" crecería en función de cada sesión y cada gran paso dentro del ciclo: sembrar, escardar, cosechar, limpiar, iba de la mano con cada unidad del semestre, a fin de ayudar a los estudiantes a mirar cómo cada unidad concluida era un paso que sumaba al proceso integral. El trabajo estaba centrado en leer, asistir a las sesiones y disfrutar, como una gozadera, los materiales ofrecidos en video o en lectura; yo preparaba una exposición que daba paso a un intercambio de ideas, que después podía interrumpirse para dar paso a otro recursos (otro video, más bien corto) o a una breve lectura (media cuartilla) que reorientaba el debate o lo zanjaba. En este sentido, la infraestructura del aula era fundamental para proyectar videos u otros materiales gráficos. Traté siempre de ofrecer las lecturas en una liga de descarga o en un archivo PDF, aunque reconocía que esta estrategia ("peladito y en la boca") a veces era pretexto para que el alumno no investigara o buscara los materiales por su cuenta. El teléfono celular nunca fue un problema, sobre todo porque se convertía en una herramienta por medio de la cual los estudiantes podían investigar algún dato de manera inmediata: muchas veces trabajé en el aula con los celulares, desterrando el miedo al aparato. Los mecanismos de evaluación fueron muy tradicionales: exámenes, entrega de ensayos que servían más bien para conocer las formas de expresión de cada uno, su profundidad de escritura. Sin embargo, las sorpresas no tardaron en aparecer, porque varios estudiantes empezaron a escribir y, por medio de sus textos re-pensar su entorno, su papel en él, su capacidad de intervención en el mismo. El programa incluía un análisis etnográfico de un número importante, pero limitado de temas: migración, derechos humanos, comunidades indígenas, mediombientales, de género, el derecho a la ciudad, la violencia, etc. Los debates podían ser infinitos pero, dada la característica de la milpa, se trató siempre de que cada sesión se cerrara siempre con una conclusión práctica, qué llevar a la vida y traer "digerida" para la próxima sesión. Pero la milpa tiene un límite: se siembra, cuida y vigila el trabajo, pero hay un elemento que sólo se espera: la lluvia. Nuestra "lluvia" provenía de la realidad, lo que suponía buscar espacios donde buscar contrastar los materiales didácticos de video o lectura. Fue así que "fertilizamos" nuestra milpa con visitas a comunidades indígenas de la sierra de Las Cruces y Montealto (Estado de México, región vecina de Cuajimalpa), a eventos de diversos movimientos sociales, y a expresiones populares que invitaran a los alumnos a que salieran desde su zona segura, hacia una de tantas versiones de la realidad. El modelo "milpa académica" es una propuesta epistemológica colectiva, horizontal, colaborativa y en donde los roles se establecen en función de la responsabilidad compartida de aprender de manera colectiva. Los materiales del curso se concentraron en lecturas de autores suficientemente digeribles para un público neo-universitario, así como en documentales y materiales visuales elegidos de entre varias plataformas.

CARLOS NO SOLO NOS HACE PENSAR Y SALIRNOS DE NUESTRA ZONA DE CONFORT

"Estudiante"

¿Cuáles son los resultados alcanzados por tus estudiantes a partir de tu experiencia?

Los aprendizajes colectivamente logrados podrían sintetizarse en las frases que acompañan las evaluaciones del SEPE (que no citaré textualmente), y que se dirigen a reconocer que la clase, el modelo del paradigma pedagógico ignaciano aplicado al análisis de la realidad, las actividades extra-clase y los materiales trabajados en el aula, ayudaron a extender la mirada de los estudiantes sobre los diversos entornos en los que participaron. La familia, las estructuras de clase, los mecanismos de dominación, la solidaridad efectiva, la fraternidad y sus dilemas, la pluralidad y la tolerancia. En dichas evaluaciones, y en otros contextos de charla fuera del aula, los estudiantes reconocían que la clase les había ayudado a comprender situaciones que antes sólo habían advertido en forma de noticia o como información dispersa. En otros momentos, los alumnos también identificaron en sus propias vidas mecanismos de agresión, discriminación o micromachismos que poco a poco habían normalizado como cosas comunes y "naturales". Creo que juntos dimos varios pasos hacia la humanización colectiva, a tratar de contemplar el mundo con nuevos modelos de apropiación de la realidad para mejor ayudar ha de-construirla. A todos aquellos a quienes impartí la clase y con quienes mantengo algún encuentro ocasional, me refieren que la clase ayudó mucho en los semestres posteriores.

ME VOLVí MáS CONSCIENTE DE LA DIVERSIDAD DE MI PAíS.

"Estudiante"

¿Cuáles son los logros y nuevos retos que te plantea la reflexión sobre tu experiencia docente significativa?

Las experiencias derivadas fueron la capacidad de imaginación, sorpresa, indignación y asertividad es muy alta en los alumnos, y sólo basta encontrar el "tempo" necesario para construir conocimiento y con ello, construirse como persona, a partir de lo aprendido. Trabajamos mucho en una frase de Ignacio de Loyola: "No el mucho saber harta y satisface el alma...", para comprender que así como el maíz, también el conocimiento y la propia existencia necesitan su tiempo, sus cuidados y sus condiciones óptimas para desarrollarse. Una extraordinaria oportunidad para mí fue ver si era capaz de lograr que los alumnos fueran capaces de ver cómo su entorno también era plural. Los desafíos nunca fueron implementar "enseñar" o "ilustrar" a aquéllos, antes bien, el desafío fue que entendieran que el aprendizaje debe ser una tarea descolonizadora.

¿Qué elementos de tu experiencia podrían ser replicables o transferibles en otros contextos (asignaturas, programas académicos)?

1. Visitas a pueblos y comunidades en resistencia, sobre todo en un contexto no sólo etnográfico, sino abriendo posibilidades reales de diálogo, encuentro, empatía, respeto, comprensión y, de ser posible, solidaridad. Estas visitas deberían estar precedidas de una adecuada preparación por parte del docente para que los alumnos cuenten con los elementos necesarios para que la experiencia sea significativa, invaluable y pertinente. Muy importante: el docente, en cuanto responsable de la actividad y la práctica docente, es también responsable de establecer contactos seguros, transparentes y respetuosos con la comunidad que acogerá a los estudiantes: no improvisar, no ir a una comunidad sin el conocimiento y consentimiento de la misma: no ir "a ver qué sale". 2.Observación participante en actividades urbanas relacionadas con la coyuntura nacional: concentraciones, actos de conmemoración, fiestas barriales, expresiones de cultura comunitaria; este tipo de actividades ayudan a comprender la diversidad urbana y popular y, igual que en el caso anterior, debe comprometerse a llevar a los estudiantes a espacios pedagógicamente relevantes, socialmente pertinentes y con una seguridad no sujeta a ningún riesgo.

¿Qué se requiere para poder replicar o transferir tu experiencia en otros contextos?

Para las clases ordinarias en el aula el material e infraestructura de la Ibero es más que suficiente. Sin embargo, para los trabajos de vinculación de los estudiantes con espacios, comunidades, colectivos o actividades de observación participante, es menester que el docente cuente con una red de comunidades, liderazgos o aliados dispuestos a recibir a los estudiantes. Llevar a un grupo de 20 alumnos a un albergue para migrantes, a una marcha, a una fiesta patronal o alguna celebración comunitaria, puede justificarse debido al número de personas que están integradas en el contexto más amplio. Es necesario, como condición irrecusable, que la visita de un grupo a una actividad no sea una suerte de "invasión".

Desde tu expertise docente, ¿Qué podrías compartir con otros profesores para la mejora de sus prácticas?

1. Tips: los chavos de la Ibero pueden utilizar muy bien las tecnologías de la información para algo más que chatear. Sugiero a misConstrucción de la milpa académica". colegas que entendamos que nuestros tiempos no son los mismos que los de nuestros estudiantes. Estimulemos su creatividad con los aparatos que al parecer la naturaleza los ha dotado desde antes de nacer; pidamos trabajos para el celular: videoensayos, fotoensayos, microdocumentales, etc. Que su tecnología no amedrente nuestro expertise. 2. Estrategias: a los chavos de la Ibero les atrae saber, conocer, ver y experimentar de manera continua aquello que no conocen o que sus padres les prohíben "por su seguridad". El mundo-otro: popular, marginal, urbano, indígena en muchos casos les atrae genuinamente y esto hay que estimularlo también. Ojo: no caer en el exotismo, el morbo, el activismo, pero dejemos de lado el estereotipo del Ibero-baby. Atrevámonos a caminar con ellos hacia dimensiones poco conocidas para ellos. 3. Políticas: asumir que el aprendizaje es afectivo, procesual, encadenado y decolonial. No dar por sentado que somos autoridad académica sin antes construir una dimensión de la autoridad como servicio, y de lo académico como praxis liberadora.

Recursos

Más experiencias compartidas

El alumno ideal de cualquier docente es justo el que tiene&

German Carreto Chávez

Ver más

Ágora millennial

Fernando Jiménez Fierro

Ver más

Aprendiendo juntos, trasmitir nuestras experiencias para&

Guillermo Krebs Pérez

Ver más

Busca experiencias compartidas

Puedes buscar por el título de la experiencia o palabras similares, también puedes hacer búsquedas por el nombre de un docente

Entérate de próximos eventos y nuevas experiencias.

Suscríbete a nuestra lista de correos

Al hacer clic en regístrate aceptas los términos de uso y la política de privacidad