Acuerdo pedagógico y formación de estudiantes de posgrado

Los seminarios se imparten a nivel de posgrado con estudiantes provenientes de diversas carreras en el área de ciencias sociales y humanas, lo que enriquece el desarrollo de los propios seminarios, dado que el ámbito educativo se nutre de diversas disciplinas: sociología, historia, política, pedagogía y psicología. El seminario de Historia se imparte en el primer semestre, lo que me permite conocer de dónde vienen mis estudiantes, sus intereses y expectativas y cómo ubican su formación en la Ibero y por qué en la Ibero. En el caso de seminario de Asesoría III, se imparte en el cuarto semestre, donde los alumnos tienen un avance sustantivo de la tesis de grado y en el seminario se espera que logren tener un primer borrador del trabajo en su conjunto o de un capítulo. En general son alumnos que ya tienen una autorregulación de sus estudios y únicamente necesitan acompañamiento. En el caso de la materia de Historia y política, los estudiantes, en general, muestran un gran interés por formar parte de la cultura educativa y filosófica de la Ibero, la gran mayoría proviene de otras universidades como la UNAM, la UAM y otras universidades públicas. Su iniciación en la Ibero representa un desafío para su formación por los principios de la pedagogía ignaciana.

En ambos seminarios se parte de una propuesta inicial del programa en curso que se presenta a los estudiantes o a los integrantes del grupo en la primera sesión de trabajo. El programa se lee con atención y se hacen los ajustes necesarios de acuerdo con las características y necesidades de los alumnos. Además, se establece un acuerdo pedagógico entre estudiantes y docente acerca del compromiso que ambas partes tenemos con el curso. Se presenta la estrategia de trabajo y la evaluación a lo largo del curso. Posteriormente, se realiza una evaluación diagnóstica para identificar fortalezas y debilidades de cada uno de los integrantes del grupo, lo cual me permite dar acompañamiento y seguimiento para avanzar en sus debilidades y fortalezas. En las primeras sesiones se va ensayando la estrategia de trabajo. Para el caso de los alumnos del seminario de Historia y política, la estrategia de trabajo se da a partir de lecturas base y del desarrollo de agendas de discusión y reacciones informadas por parte de los estudiantes; además, se va introduciendo el análisis de la política educativa a través de la lectura de, por lo menos, un diario de circulación nacional. Con esta información, los alumnos desarrollan una nota periodística con el objetivo de publicarla en la revista de Educación Futura. En general, las primeras sesiones son impartidas por la profesora y, posteriormente, se busca una intervención directa por parte de los estudiantes, a manera de seminario en un programa de posgrado. Para el caso de Asesoría de investigación III, el acompañamiento a los alumnos se da a partir del avance de su tesis de grado y del compromiso que asumen para desarrollarla a lo largo del semestre. Por ejemplo, afinar la metodología de investigación, avanzar en el análisis de datos y precisar los aspectos teóricos. A cada uno de los estudiantes se le da un acompañamiento específico a partir de sus necesidades. El acuerdo pedagógico es escribir por lo menos cinco cuartillas a la semana, las cuales quedarán como resultado en un capítulo de la tesis o de la totalidad, todo depende de los estudiantes. En ese seminario, las lecturas enfatizan el desarrollo de competencias de investigación. En el seminario de investigación se trabaja con matrices de análisis para que los estudiantes puedan ir avanzando en el meta-análisis (análisis del análisis), es decir, en la narrativa investigativa o la redacción académica mejor sustentada en la teoría, la metodología, el análisis de los datos, con sustento y rigor académico. Se trata de evitar opiniones de sentido común para el desarrollo de un leguaje con fundamento, o una narrativa bien cimentada. Estas estrategias han permitido ir consolidando el trabajo de los estudiantes que, en general, logran la titulación en un 80%, lo cual representa una tasa de titulación exitosa para el programa de la maestría. En el caso de Historia y política, es posible ir construyendo una mirada crítica y una disciplina en el trabajo académico. En ambos casos, todo tiene que estar sustentado académicamente y se abre un espacio para la discusión crítica. Entre los recursos didácticos se encuentran vídeos, programas de software educativo en educación, diarios de circulación nacional, lecturas teóricas y metodológicas. La evaluación se realiza a lo largo del curso a través de las reacciones informadas y agendas de discusión, la escritura de comunicados de política educativa; todo eso va sumando participación en clase, presentación de un tema y todo constituye la calificación final. Los alumnos realizan una autoevaluación a partir de los aprendizajes esperados y la profesora elabora un portafolio de evidencias con los escritos de los estudiantes. En el caso de la materia de Asesoría de investigación III, consiste en la entrega puntual del avance de investigación comprometido, las observaciones por parte de la profesora y el envío del documento. La evaluación es el avance que tienen con su propio compromiso pedagógico, además de la autoevaluación por parte de los estudiantes. No sólo del curso y de los aprendizajes esperados, sino del conjunto: dinámica de trabajo, rol y apoyo del profesor, estrategias de trabajo, el tiempo que le dedican a la lectura. En ambos casos, los trabajos se envían un día antes, los cuales son revisados antes de iniciar el seminario correspondiente con señalamientos y observaciones de mi parte.

A lo largo del curso se van fortaleciendo diversas competencias: comunicativas, valorales y de las materias de estudio, como las competencia propias de la investigación, de la mirada histórica y la política. Para ello, es necesaria la lectura para fundamentar las ideas y suspender, por un momento, una opinión de sentido común. La escritura y la comunicación académica a través de las reacciones informadas y la agenda de discusión, las cuales han resultado muy fructíferas para ordenar ideas, recuperar lo relevante de un texto y desarrollar una mirada crítica. Los alumnos aprenden el manejo de diversas técnicas de investigación y a realizar meta-análisis a partir de la construcción de matrices de análisis. De tal manera, el estudiante puede ir más allá de lo que dice un texto, construir una opinión fundamentada. En cuanto a las competencias valorales, se articulan al ideario de nuestra universidad y la Pedagogía Ignaciana de estar comprometidos con los grupos vulnerables (investigar al respecto, recuperar sus voces y narrarlas); además de los valores de respeto, solidaridad, apoyo, el trabajo colaborativo, entre otras. Resultado de ello, los alumnos han elaborado vídeos, comunicados o notas periodísticas que han circulado a nivel nacional; por ejemplo: se han abordado temas acerca del caso de Ayotzinapa y la desaparición de los estudiantes; el apoyo a las familias y el trabajo con las escuelas en momentos como el terremoto y/o temblores que vulneran a nuestras escuelas y a la comunidad educativa.

Los logros como docente son resultado del trabajo colaborativo con los estudiantes. Por ejemplo, tomar la palabra y hablar con claridad respecto a una temática con conocimiento de causa, observar el avance en su escritura y el posicionamiento ético, político y pedagógico, la construcción conjunta de su propia agencia, el avance en su trabajo de tesis. Sobre todo cuando los alumnos se atreven a ir más allá, como el recomendar otra lectura, otra estrategia de trabajo y hasta fomentar el trabajo en equipo para los comunicados de prensa o el diseño de vídeos. En fin, lo importante es el compromiso que asumen los estudiantes con su propia formación y el acompañamiento que puedo ofrecer, siempre con apertura y escucha. Mis alumnos saben que pueden ir en cualquier momento a mi espacio de trabajo para resolver dudas, avanzar en la escritura, conversar acerca de desafíos y temores; estos aspectos van fomentando el afecto que da como resultado un vínculo pedagógico. Como bien lo decía Paulo Freire, aprender y enseñar en un acto de amor, de dar lo mejor de cada uno. Se intenta potenciar el aprendizaje de los alumnos a partir del capital escolar que han logrado desarrollar a lo largo de su vida académica.